Miércoles 29/10/14
"...me alegro que no tengamos que tratar de matar las estrellas.
<<imagínate que cada día tuviera uno que tratar de matar la luna -pensó-. La luna de escapa. Pero ¡imagínate que tuviera uno que tratar diariamente de matar el sol! Nacimos con suerte>>, pensó.
- Ernest Hemingway
miércoles
El viejo y el mar
martes
El cuento de la isla desconocida
Domingo 26/10/14 - Lunes 27/10/14
"Quiero encontrar la isla desconocida, quiero saber quién soy yo cuando esté en ella, No lo sabes, Si no sales de ti, no llegas a saber quien eres."
"Todo hombre es una isla, yo, como aquello no iba conmigo, visto que soy mujer, no le daba importancia, tú qué crees, Que es necesario salir de la isla para ver la isla, que no nos vemos si no nos salimos de nosotros."
- José Saramago
"Quiero encontrar la isla desconocida, quiero saber quién soy yo cuando esté en ella, No lo sabes, Si no sales de ti, no llegas a saber quien eres."
"Todo hombre es una isla, yo, como aquello no iba conmigo, visto que soy mujer, no le daba importancia, tú qué crees, Que es necesario salir de la isla para ver la isla, que no nos vemos si no nos salimos de nosotros."
- José Saramago
domingo
Los Pasos de López
viernes
sábado
Para vivir tenemos que narrarnos; somos un producto de nuestra imaginación. Nuestra memoria en realidad es un invento, un cuento que vamos reescribiendo cada día (lo que recuerdo hoy de mi infancia no es lo que recordaba hace veinte años); lo que quiere decir que nuestra identidad también es ficcional, puesto que se basa en la memoria. Y sin esa imaginación que completa y reconstruye nuestro pasado y que le otorga al caos de la vida una apariencia de sentido, la existencia sería enloquecedora e insoportable, puro ruido y furia.
- Rosa Montero
lunes
Dioses
«Podrás tener a Perséfone de vuelta, siempre que no haya probado el "alimento de los muertos"».
Puesto que Perséfone se había negado a comer, ni siquiera un trozo de pan, diciendo que prefería morirse de hambre, Hades difícilmente podía decir que Perséfone se había ido con él de buen grado. Así que entonces decidió obedecer a Zeus, por lo que
llamó a Perséfone y le dijo con amabilidad:
—No pareces feliz aquí, querida. No has comido nada. Quizá sería mejor que regresaras a casa.
Uno de los jardineros de Hades, llamado Ascálafo, estalló en risotadas:
—¡Que no ha tomado ningún alimento, dices! Esta misma mañana, la he visto coger una granada de tu huerto subterráneo.
Hades sonrió. Llevó a Perséfone en su carro hasta Eleusis, donde Deméter la
abrazó y lloró de emoción. Hades dijo entonces:
—Por cierto, Perséfone se ha comido siete semillas rojas de una granada; mi jardinero la vio. Tiene que bajar al Tártaro, otra vez.
—¡Si se va —gritó Deméter—, nunca levantaré mi maldición de la Tierra, aunque se mueran todos los hombres y todos los animales!
Al final, Zeus envió a su madre Rea (quien, además, era también la madre de Deméter) para interceder. Finalmente, ambas diosas acordaron que Perséfone se casaría con Hades y que pasaría siete meses en el Tártaro —un mes por cada semilla de granada comida— y el resto del año sobre la Tierra
martes
sábado
El otro yo
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando. Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo qué hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas.
Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.
FIN
Mario Benedetti
domingo
jueves
Soulmates.
I think there are certain people you will meet in your life who you just connect with more than anyone else and you just know it isn't a typical thing and you understand each other perfectly.
And no mather what happens, you will always love them and nothing could ever change that.
lunes
domingo
martes
domingo
Podría perfectamente suprimirte de mi vida, no contestar tus llamadas, no abrirte la puerta de la casa, no pensarte, no desearte, no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte, circular por calles por donde sé que no pasas, eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido, cada recuerdo de tu recuerdo, olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte, responder con evasivas cuando me pregunten por ti y hacer como si no hubieras existido nunca.
Pero te amo.
Gracias por llegar cuando estaba por rendirme y convertirte en el amor de mi vida.
martes
"Chulllllllllllllllllla"
Hoy un ángel llegó al cielo pero se quedó en nuestros corazones.
08/04/13
No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera.
Hoy un ángel llegó al cielo pero se quedó en nuestros corazones.
08/04/13
jueves
Me da miedo atroz pensar en que se está debilitando mi interés por todo. No resisto esta soledad, busco compañía y no resisto la compañía.
-Me acabo de tomar 60 pastillas –le informa- Ojalá no se me reviente el cerebro. No las he tomado por tu culpa. Tomé esta determinación hace mucho tiempo. No quiero cumplir más años.
-Andrés Caicedo
-Me acabo de tomar 60 pastillas –le informa- Ojalá no se me reviente el cerebro. No las he tomado por tu culpa. Tomé esta determinación hace mucho tiempo. No quiero cumplir más años.
-Andrés Caicedo
martes
miércoles
Cien mentiras
Tenemos memoria, tenemos amigos, tenemos los trenes, la risa, los bares, tenemos la duda y la fe, sumo y sigo, tenemos moteles, garitos, alteres.
Tenemos urgencias, amores que matan, tenemos silencio, tabaco, razones, tenemos Venecia, tenemos Manhattan, tenemos cenizas de revoluciones.
Tenemos zapatos, orgullo, presente, tenemos costumbres, pudores, jadeos, tenemos la boca, tenemos los dientes, saliva, cinismo, locura, deseo.
Tenemos el sexo y el rock y la droga, los pies en el barrio, y el grito en el cielo, tenemos Quintero, León y Quiroga, y un bisnes pendiente con Pedro Botero.
Tenemos un as escondido en la manga, tenemos nostalgia, piedad, insolencia, monjas de Fellini, curas de Berlanga, veneno, resaca, perfume, violencia.
Tenemos un techo con libros y besos, tenemos el morbo, los celos, la sangre, tenemos la niebla metida en los huesos, tenemos el lujo de no tener hambre.
Tenemos talones de Aquiles sin fondos, ropa de domingo, ninguna bandera, nubes de verano, guerras de Macondo, setas en noviembre, fiebre de primavera.
Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas, que importa, lo siento, hastasiempre, te quiero, hinchas del atleti, gángsters de Coppola, verónica y cuarto de Curro Romero.
Tenemos el mal de la melancolía, la sed y la rabia, el ruido y las nueces, tenemos el agua y, dos veces al día, el santo milagro del pan y los peces.
Tenemos lolitas, tenemos donjuanes; Lennon y McCartney, Gardel y LePera; tenemos horóscopos, Biblias, Coranes, ramblas en la luna, vírgenes de cera.
Tenemos naufragios soñados en playas de islotes son nombre ni ley ni rutina, tenemos heridas, tenemos medallas, laureles de gloria, coronas de espinas.
Tenemos caprichos, muñecas hinchables, ángeles caídos, barquitos de vela, pobre exquisitos, ricos miserables, ratoncitos Pérez, dolores de muelas.
Tenemos proyectos que se marchitaron, crímenes perfectos que no cometimos, retratos de novias que nos olvidaron, y un alma en oferta que nunca vendimos.
Tenemos poetas, colgados, canallas, Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma, abuelos que siempre ganaban batallas, caminos que nunca llevaban a Roma.
Más de cien palabras, más de cien motivos para no cortarse de un tajo las venas, más de cien pupilas donde vernos vivos, más de cien mentiras que valen la pena.
Tenemos urgencias, amores que matan, tenemos silencio, tabaco, razones, tenemos Venecia, tenemos Manhattan, tenemos cenizas de revoluciones.
Tenemos zapatos, orgullo, presente, tenemos costumbres, pudores, jadeos, tenemos la boca, tenemos los dientes, saliva, cinismo, locura, deseo.
Tenemos el sexo y el rock y la droga, los pies en el barrio, y el grito en el cielo, tenemos Quintero, León y Quiroga, y un bisnes pendiente con Pedro Botero.
Tenemos un as escondido en la manga, tenemos nostalgia, piedad, insolencia, monjas de Fellini, curas de Berlanga, veneno, resaca, perfume, violencia.
Tenemos un techo con libros y besos, tenemos el morbo, los celos, la sangre, tenemos la niebla metida en los huesos, tenemos el lujo de no tener hambre.
Tenemos talones de Aquiles sin fondos, ropa de domingo, ninguna bandera, nubes de verano, guerras de Macondo, setas en noviembre, fiebre de primavera.
Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas, que importa, lo siento, hastasiempre, te quiero, hinchas del atleti, gángsters de Coppola, verónica y cuarto de Curro Romero.
Tenemos el mal de la melancolía, la sed y la rabia, el ruido y las nueces, tenemos el agua y, dos veces al día, el santo milagro del pan y los peces.
Tenemos lolitas, tenemos donjuanes; Lennon y McCartney, Gardel y LePera; tenemos horóscopos, Biblias, Coranes, ramblas en la luna, vírgenes de cera.
Tenemos naufragios soñados en playas de islotes son nombre ni ley ni rutina, tenemos heridas, tenemos medallas, laureles de gloria, coronas de espinas.
Tenemos caprichos, muñecas hinchables, ángeles caídos, barquitos de vela, pobre exquisitos, ricos miserables, ratoncitos Pérez, dolores de muelas.
Tenemos proyectos que se marchitaron, crímenes perfectos que no cometimos, retratos de novias que nos olvidaron, y un alma en oferta que nunca vendimos.
Tenemos poetas, colgados, canallas, Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma, abuelos que siempre ganaban batallas, caminos que nunca llevaban a Roma.
Más de cien palabras, más de cien motivos para no cortarse de un tajo las venas, más de cien pupilas donde vernos vivos, más de cien mentiras que valen la pena.
martes
lunes
Yo no quiero catorce de febrero ni cumpleaños feliz, yo no quiero cargar con tus maletas, yo no quiero que elijas mi champú, yo no quiero cortarme la coleta, mudarme de planeta, brindar a tu salud. Yo no quiero domingos por la tarde, yo no quiero columpio en el jardín.
Lo que yo quiero corazón cobarde es que mueras por mi. Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.
Yo no quiero juntar para mañana, nunca supe llegar a fin de mes, yo no quiero comerme una manzana dos veces por semana sin ganas de comer, yo no quiero calor de invernadero, yo no quiero besar tu cicatriz, yo no quiero París con aguacero ni "te quiero" sin ti.
No me esperes a las doce en el juzgado, no me digas "volvamos a empezar" yo no quiero ni libre ni ocupado, ni carne ni pecado, ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber porque lo hiciste, yo no quiero contigo ni sin ti, lo que yo quiero es que mueras por mi, y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.
No me esperes a las doce en el juzgado, no me digas "volvamos a empezar" yo no quiero ni libre ni ocupado, ni carne ni pecado, ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber porque lo hiciste, yo no quiero contigo ni sin ti, lo que yo quiero es que mueras por mi, y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.
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